Similitudes y diferencias entre un conocido periodista y un desconocido como yo, que coteja su vida con la de el. (25 párrafos, últ. actualiz. sep2010)
Estoy leyendo el libro "en busca de un lugar", escrito por un conocido periodista locutor de la cadena latina UNIVISION en Miami, a quien he visto muchas veces en los noticieros cuando hacíamos los viajes a Miami y nos quedábamos 4 o 5 días, entre 1987 y 1991. Lo veiamos junto con otros como José Guzman, de quienes nos acordamos perfectamente de sus caras.
Jorge Ramos es un mejicano hijo de un padre católico practicante quien lo envió a estudiar a un colegio de sacerdotes benedictinos. Allí se formó durante 12 anios.
Yo también fui hijo de una madre católica practicante, por lo que a mí me mandaron también a un colegio de curas, (Salesianos), pero solo fui 4 anios.
El era un muchachito "guerito" (rubio), de ojos verdes, flaquito y a quien los mejicanos decían que parecía un extranjero. Cuando llegó a EEUU, las personas le decían "you don't look like Mexican".
A mí me pasaba algo similar, pues era también de complexión delgada, de ojos claros, y mis companieros en la escuela primaria me decían "alemán, culo de pan", (corta rima despectiva que supongo se habrá originado durante o después de la segunda guerra mundial en contra de la colonia alemana en Argentina). En EEUU por el contrario, me sentí muy bien, como "en casa", pues mi aspecto físico me "mimetizaba", con la mayoría de los americanos. Supongo que por un acto de modestia de José Ramos le habrá impedido escribir este párrafo, pero su "facha", (pinta), le debe de haber ayudado.
A Jorge le empezaron a molestar las formas arbitrarias y anticristianas que los curas usaban para castigarlos (con una suela plástica de zapatos, marca "Neolite") en lugar de reprenderlos y darles buenas razones o sermones. A pesar de ello, el encontró mucho consuelo en un padre (sacerdote), que lo comprendió y con el que se reencontró muchos anios después. José lamentó mucho la pérdida de su amistad pues el cura falleció sin llegar a leer la carta que Jorge le escribió en respuesta a su misiva, cuando el sacerdote lo vio en un noticiero de la tele e inmediatamente llamó al canal y averiguó su dirección para escribirle.
A mi también me mortificaron las formas particularmente agresivas de algún cura, por ejemplo, el padre Foster, de matemáticas cuyo nombre irónicamente en inglés, indica la acción de una persona que "cuida o tutela el desarrollo de alguien o de algo". Pero, a diferencia de Ramos, quien estuvo 12 anios en un colegio de curs, yo solo fui 4 anios y no llegué a odiarlos como él. Además, al igual que le pasó a él, tuve una gran compensación por parte del padre "Stramucchi" (profesor de historia), quien fue mi confesor y consultor espiritual. Era interesante escuchar sus clases y hablar con el en los recreos.
A Jorge Ramos le empezaron a preocupar las conflictivas (tal vez equivocadas) ensenianzas de la religión, al punto de que vivía obsesionado por el infierno, un tema que lo perseguía. Pensaba en el diablo y las consecuencias de tener que soportar una vida cargando culpas y arrepintiéndose a cada rato de cosas normales que nos ocurren aquí en la tierra, so pena de ir a parar al infierno. Qué pesadilla!. Le llamaba la atención que luego en las horas de descanso, los curas estaban como "prevenidos" de las malas acciones que los chicos cometerían. Claro!, la explicación que el encontraba estaba en la "confesión".
Ese mismo desmán mental tuve que afrontar yo gracias a las ensenianzas de la religión, y de la persecución que me auto infligía. Muchas noches, al calor y el color rojo de la llama de una estufa (calefactor), durante el invierno, comenzaba a temblar de miedo y revolcarme en la cama y envolverme como un arrollado con las frazadas para sentirme más a resguardo de la inminente visita del diablo. Traumas o no de la religión, la cuestión es que eso lo marca a uno de alguna manera. ! Ni hablar de cuando llegué a los 15 anios y comencé con mis primeros pasos con el sexo y el de las chicas.
A Jorge Ramos le gustaba mucho el football, y jugaba mucho, según cuenta en su libro, y toda vez que podía salía a jugar. Así era que luego de cumplir con sus tareas diarias de escuela, salía a jugar con sus amiguitos. Sin embargo, cierta vez tuvo una gran decepción cuando intentó jugar con su padre, en la que él se puso al arco como portero (o "arquero"), y su padre erró el primer tiro que intentó hacerle. Fue una decepción inmensa para Jorge, pues no pudo entender cómo su padre podía errar algo tan sencillo como un tiro, que terminó desfigurando la imagen que él tenía de su padre, (como lider), al punto que esa idea le duró muchos anios, y solo en el lecho de muerte de su progenitor, Jorge lamentaría que no pudiera haber comprendido mejor la incompetencia de su progenitor en el deporte.
En mi caso, yo solo jugué balón-mano en el colegio Don bosco, y no tuve ninguna decepción con mi padre respecto de ese tema. El juego de "balon mano", quizás era un poco tonto comparado con la exigencia y movimiento del footbal. Se dividía la clase (aproximadamente 25 muchachos), mitad para cada bando. El juego consistía en arrojar la pelota con la mano hacia el equipo contrario. Quedaba fuera de juego el que la perdía al atajarla, también con las manos. A mi me gustaba porque casi siempre terminaba quedando uno de los 3 últimos de mi equipo. José Ramos se hubiera muerto de bronca en mi juego!.
Luego, a Jorge Ramos se le despertó el interés por el periodismo ya desde joven, por lo que hizo todo lo posible por estudiar en la universidad, aún cuando su padre ya no estaba bien económicamente y tuvo que salir a trabajar para ayudar a la familia. Al principio una pareja de amigos le dieron trabajo en una agencia de turismo que ellos tenían, Luego y gracias a una casualidad que una entrevistadora recorría los predios universitarios buscando interesados en un cubrir un puesto en Televisa en la capital Azteca, Jorge consiguió entrar en una experiencia práctica que le permitió meterse en el ambiente periodístico, en el tema de escribir las notas, cuando lo enviaban a cubrir noticias. Su primera experiencia en la agencia de turismo le había dado velocidad en el teclado de la máquina de escribir.
Si primera gran oportunidad fue como cierto día cuando tuvo la suerte de ser elegido entre varios colegas para ir a cubrir las noticias directamente desde EEÜU. El presidente Reagan había sido herido de un balazo por un inmigrante Palestino, un tal John Hinkley . Esto ocurrió en 1981. El director de la oficina reunió a todos los periodistas y pidió que levantaran la mano aquellos que tenían su pasaporte al día. Todos levantaron su mano. Pero luego, a la pregunta de "quiénes tienen la visa de EEUU vigente"?, quedó solo Jorge con la mano en alto. Así fue como ganó su primera salida al exterior. También lidió con sus escasos conocimientos del país, y se dio cuenta de su bajo nivel de inglés, de su mala pronunciación y esto sin embargo lo estimuló para mejorarse.
En un paralelo muy pálido al de Jorge, por mi parte tuve mi primer contacto con el periodismo cuando conseguí un trabajo "extra", (los sábados y domingos), para la agencia Associated Press en Buenos Aires. Este empleo parcial, resultó como consecuencia de una huelga que hicieron sus operadores de telex y el gerente (mr. Uchitelle), contactó al director de Pan American para solicitarle colaboración en la forma de "préstamo de operadores" hasta que se solucionara el problema.
Resultó que fuimos allí dos o tres de nosotros, (uno de ellos fue mi gran companiero Carlos Moreno), y a mi me gustó tanto ver todo ese movimiento de noticias, ya que en la mesa de redacción, los supervisores, tanto el senior Garriga como Serrat corregían las noticias que nosotros luego pasábamos por telex, tanto en inglés (venían desde New York), o en espaniol, (las locales, a diarios locales), y así fue que una vez pasada la huelga, acepté la oferta de quedarme a cubrir los fines de semana. Eso me permitió aprender mucho y casi obtener el carnet de periodista durante los dos anios que estuve allí.
Además, unos 12 anios después, a partir de 1985, me convertí sin querer en un proveedor de repuestos de máquinas telex, pues yo recién me retiraba de Pan Am, cuando aún tenía mis contactos en Associated Press en Buenos Aires. Consecuentemente estos aprovecharon mis viajes continuos a New York, para pedirme pequenias piezas para las máquinas telex, que eran un ingreso extra. Así conocí el LAD (latin american desk), donde trabajaban un par de Argentinos emigrados. Uno fue Jorge Covarrubias, y otro, el jefe del sector, de apellido Quevedo (falta nombre). Esto solo duró pocos anios, pues el telex fue reemplazado en 1990 por las PCs.
En sus cursos de Universidad Jorge Ramos tuvo que estudiar los grandes pensadores filosóficos y sus ideas, cosa que se evidencia en algunas comparaciones que hace, cuando habla de que el comparte la idea de Sartre de vivir el "existencialismo", la doctrina que propone que cada uno llega a este mundo para vivir y valerse por si mismo de la manera que pueda o quiera. Lo tomó como un ejemplo y acicate para su juventud, pues el sentía que debía vivir libremente, y así quería hacerlo, sin las ataduras que impone la sociedad. Eso lo convirtió un poco en lider estudiantil cuando en algún momento escribieron una protesta. Luego enuncia brevemente otros clásicos modernos como Hermann Hesse, Nietzche o el mismísimo Marx. Como no hace ningún comentario (al menos hasta la mitad de su libro), sobre qué opina de ellos, o con cuáles concuerda o desafina me libera un poco de hacer mi comparación al respecto, aunque la tengo..
Yo no tuve el contacto con ningún tema filosófico pues mi formación fue en el área comercial, pero me encontré mirando y leyendo algunos textos de filosofía cuando tuve que ayudar a mi hija en la escuela secundaria, para que escribiera una "monografía" sobre religión y filosofía. Además, tuve la suerte de que un companiero de trabajo me hablara sobre un tema clásico: "la caverna de Platón", por lo cual me enteré de la filosofía antigua, asistiendo a un curso "en vivo y en directo", un poco de pie y otro sentado en algún asiento del tren que tomábamos diariamente al volver a casa. Luego he leido algunas nociones sobre Marx y un poco de Nietzche. Nunca olvidaré y siempre convalidé mi amistad con mi "maester" Rafael Marti.
Volviendo a Jorge Ramos, este cuenta en su libro que cuando era adolescente, en Méjico (década del 70), se sentía la influencia de EEUU en su país, y entonces se vivía una "invasión de productos materiales y culturales". Hacía furor la música pop y rock de ese país en tierra mejicana. Llegaban a Méjico todas las novedades en cuanto a ropa, (el menciona los "tennis", (zapatillas), y electrónica, lo cual fascinaba a este muchacho de clase media. Con sus amigos compartía la música local, pero en su intimidad el apreciaba más la del país del norte.
Por mi parte, también me ocurrió lo mismo, (aunque ya en la década del 60), pues cuando era adolescente, aunque ya trabajando para Panam, tuve la misma sensación que aquel. Todas las novedades que venían del norte me encantaban, tanto la ropa (como los jeans y "camisetas" ("T-shirts"), como Penguin o Lacoste, que eran la moda que mandaba. Los jeans de las marcas Lee o Levis o Wrangler, etc. Ni hablar de la música de rock y pop, que también ganaba mis oidos, y compartía con mis amigos, sin olvidar la música local, aunque esta iba perdiendo terreno y a mis amigos les pasaba lo mismo.
Cuando Jorge Ramos consiguió poner un pie en forma definitiva, en EEUU, fue a parar a la ciudad de Los Angeles. Al principio tuvo que trabajar de cualquier cosa para ayudarse a costear sus estudios de periodismo que siguió en la Universidad de California (UCLA). Así fue como consiguió un puesto de mesero en un restaurante. El cuenta en su libro, que su memoria no estaba preparada para desempeniarse en ese menester, de manera que le costó adaptarse. Luego de unos 3 meses renunció porque había un mesero brasilero que robaba de la caja y ante el temor de que la duenia llamara a la policía y el se viera involucrado en algún problema, se fue a otra cosa.
En mi caso, en 2001, cuando puse pie en Houston, también tuve que hacer cualquier tipo de trabajo, y así fue que comencé con unos mejicanos que tenían un servicio de "valet parking", en una discoteca de un argentino, "Metrópolis". Los jueves, viernes y sábados, desde las 10 de la noche hasta las 2 de la maniana. 4 horas de "jale" (trabajo). El jueves era el peor día, pues era "día de morenos" (negros), así que estos daban pocas propinas. Para colmo los duenios no nos dejaban qudarnos con ellas, con lo que nos quedaba solo la ganancia por hora, a 4.50 dólares la hora. También en mi caso, aunque no bajo presión como le pasó a Ramos, luego de 6 meses conseguí pasar a otra actividad.
Para cerrar este documento, deberé decir que ya no encuentro más afinidades con mi "colega", porque leyendo la parte final de su libro, él expresa un sentimiento especial de aquel que ya viviendo y habiéndose casado y con dos hijos (una hija y un hijo), en el gran país, siente aún que no pertenece a EEUU. Que su corazón, sus recuerdos de México viven y perviven en él.
La única frase que luego comparto con el es cuando escribe: "no soy de aquí ni soy de allá".
Así es!, pues a mí me pasó exactamente igual. Cuando regresé a Argentina, a fines del 2009, noté que ya no pertenecía más a mi país, porque habían pasado 8 anios sin contactos, aunque no perdí a mis amigos, y a pesar de que durante los últimos dos he leído mucho las noticias, como para reencontrar el pulso perdido, la sensación de ser aún un ciudadano más, no es lo mismo. Uno ya no es de ningún lado!.
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